jueves, 25 de julio de 2013



Cristina Kirchner madrina de tres chicos de la region, uno  es de Las Garzas





La Presidente, Cristina Fernández apadrinó a tres séptimos hijos varones del norte provincial. La ceremonia se celebró en la capilla Transfiguración del Señor de B° Fraternidad de Reconquista y contó con la Edecán del Ejército, Teniente Coronel, María Isabel Panza en representación de la presidencia.

A Dilan Esteban Ríos (Reconquista), apadrinado Mario Esperanza; Sergio Sebastián Quintana (San Antonio) apadrinado por Diego González; Junior Juan Carlos Quintana (Las Garzas) apadrinado por Fabian Copetti; son el séptimo hijo varón de su familia y comparten como madrina a Cristina Fernández de Kirchner que estuvo representada por la Edecán del Ejército, Teniente Coronel, María Isabel Panza.

Los ahijados del Presidente de la Nación fueron bautizados en la capilla Transfiguración del Señor de B° Fraternidad de Reconquista y recibieron un diploma, una medalla de oro y una beca de estudios como lo dicta la Ley N°20.843 denominada “La Ley de Padrinazgo Presidencial”, que establece que el matrimonio que dé a luz al séptimo hijo o hija de una prole del mismo sexo (deben ser siete hijos varones o siete hijas mujeres), pueden optar por el padrinazgo “moral” del Presidente de la Nación, que “otorgará, una medalla de oro recordatoria, un diploma y una beca de estudios de carácter asistencial destinada al ahijado para contribuir en su alimentación y educación”.

¿De dónde surge esta ley? Proviene del mito del Hombre lobo que en Argentina fue llamado el mito del “Lobizón”. En la Rusia de los zares existía el mito de que el séptimo hijo de una familia de 7 hijos varones, sería un hombre lobo. Así como también la séptima hija proveniente de una familia de 7 hijas mujeres seria una Vid'ma (bruja). Desde la época de Catalina La Grande, se otorgaba el padrinazgo imperial que brindaba mágica protección y un premio de reconocimiento a los niños, tradición que luego sería arrasada por la revolución.

El mito llegó a Argentina junto con los inmigrantes provenientes de Rusia. Esta creencia estuvo tan extendida que los séptimos hijos eran abandonados, cedidos en adopción o asesinados. En 1907 nace la tradición del padrinazgo presidencial cuando Enrique Brost y Apolonia Holmann, una pareja alemana que había estado radicada en Rusia, dan a luz a su séptimo hijo varón, José Brost, el 8 de octubre de 1907 en Coronel Pringles. La pareja le pide, mediante una carta, al entonces al presidente de la República José Figueroa Alcorta que apadrinara a su hijo, estableciéndose así la tradición que se encargaría de romper el hechizo, así como también logró finalizar con el abandono de niños.

La costumbre se convirtió en ley en 1973 durante la presidencia de Juan Domingo Perón. El decreto reglamentario también extendió el beneficio a la séptima hija mujer, que había quedado por fuera de la tradición.

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