El argentino Jorge Bergoglio fue elegido como nuevo papa



El jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, es el nuevo Papa de Iglesia Católica y adoptó el nombre de Francisco I, anunció el miércoles el protodiácono francés Jean-Louis Tauran desde el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano.
votos (0)
Comentarios(3)


Jorge Bergoglio en su primera imagen como papa


Euforia en el Vaticano al verse el humo blanco



Ayuda
| 13.03.2013 | 08:37h

"Anuntio vobis gaudium, habemus Papam" "(Os anuncio una gran alegría, tenemos Papa)", proclamó ante una muchedumbre que abarrotaba la gran plaza vaticana al revelar la identidad del primer Papa latinoamericano, primer jesuita y 266º pontífice de la historia.

"Parece que los cardenales han ido a buscar al nuevo pontífice al fin del mundo", dijo Francisco I en sus primeras palabras, ante una multitud que lo aclamó desde la plaza.

Vestido con el hábito papal blanco desde el balcón de la Basílica de San Pedro, Bergoglio aprovechó su primera aparición pública como pontífice para homenajear a su antecesor Benedicto XVI, y luego encabezó un rezo en su honor.

"Auguro que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal vicario aquí presente, será fructuoso para la Iglesia y para esta bella ciudad", dijo Francisco I, antes de impartir su esperada bendición al mundo.

"Fumata blanca"

Los 115 cardenales, de 51 países de los cinco continentes, entraron en cónclave el martes. Según la constitución apostólica, debían permanecer recluidos hasta que un candidato obtuviera dos tercios de los votos, en este caso 77.

Un puñado de favoritos figuraba entre los nombres más citados por los expertos, entre ellos un italiano, el arzobispo de Milán, Angelo Scola, y tres prelados del continente americano: el brasileño Odilo Scherer, arzobispo de San Pablo; el canadiense Marc Ouellet, prefecto de la congregación para los Obispos; y el estadounidense Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.

La primera votación de los cardenales se realizó el martes y terminó en "fumata negra". Lo mismo ocurrió en otras dos elecciones celebradas en la mañana de este miércoles.

Finalmente, apenas minutos después de las 19 (15 hora argentina) de hoy, una densa humareda blanca anunció en la plaza de San Pedro del Vaticano la elección de un nuevo papa de la Iglesia católica.

El mensaje del esperado humo fue confirmado por el tañido de las campanas de San Pedro, bajo las aclamaciones de una muchedumbre enfervorizada que desafió la lluvia intermitente con paraguas y banderas multicolores.

Los desafíos de Francisco I

Con esta elección concluyeron cuatro semanas inéditas en la historia moderna de la Iglesia después de la renuncia inesperada de Benedicto XVI el 28 de febrero, alegando "falta de fuerzas", un hecho sin precedentes en los últimos siete siglos.

Ahora Bergoglio deberá ejercer sus funciones con su predecesor en vida, en lo que será el inicio de una nueva era para la Iglesia católica, sacudida en los últimos años por diferentes escándalos y controversias, como el de los abusos sexuales a menores o el caso "VatiLeaks" de filtración de documentos confidenciales que terminó por revelar una trama de abuso de poder en la Curia, el gobierno central del Vaticano.

A estos problemas, se suma una pérdida de influencia de la Iglesia debido a la disminución de fieles y a las críticas de una parte de los católicos por hacer oídos sordos a la evolución del mundo moderno en temas como el papel de la mujer en la Iglesia y la sexualidad.

De esa manera, la Iglesia Católica enfrenta una crisis con múltiples aristas que debería obligarla a adoptar reformas, simplificar sus estructuras, introducir nuevas maneras de tomar decisiones en forma colegial y sobre todo hacer limpieza en sus finanzas por las críticas a la falta de transparencia en la gestión de su banco, el Instituto de Obras de Religión (IOR).

Encontrar soluciones al descreimiento creciente y a la fuga de fieles hacia otras religiones, como las evangélicas en Latinoamérica, así como a la disminución de las vocaciones, serán otros retos del nuevo papa.