martes, 21 de enero de 2014


El domingo a la madrugada Thiago llegó al mundo arriba del coche. Su mamá fue asistida por una vecina que la ayudó a dar a luz. Y el colectivero cambió el recorrido para llevarla hasta el hospital.Video.





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TRANQUILO. THIAGO, AJENO A LAS NOTICIAS, DESCANSÓ DURANTE TODA LA CHARLA.


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Las contracciones que anunciaban la llegada de su bebé se hacían cada vez más pronunciadas, la ambulancia que habían pedido no llegaba y pensar que un taxi o remís ingresaría a esa hora (minutos antes de la cinco de la mañana del domingo) a Alto Verde era casi imposible. Fue por eso que Gisel (20) decidió tomar el colectivo de la línea 13 para ir al hospital, pero el parto se produjo arriba del coche y se logró gracias a la asistencia de una vecina, que hizo las veces de partera; y del chofer, que cambió el recorrido para que rápidamente pueda encontrar asistencia médica. Una historia de solidaridad y vida.




“Mis suegros habían llamado a la ambulancia del Hospital Cullen (el que le corresponde por la zona donde vive), pero nunca llegó. Entonces decidimos tomar el cole”, afirmó y siguió: “Yo iba parada, porque no podía sentarme producto de las fuertes contracciones. Una vecina que iba en el micro se acercó y me ayudó para que estuviera más tranquila, primero; y a recibir al niño, después”.




Fue esta misma mujer –que trabaja en el servicio de limpieza de la maternidad del Hospital Cullen– la que dio aviso al chofer del micro para que apure la marcha hasta el nosocomio más cercano, en este caso el Iturraspe, y corrió con el bebé en brazos hasta dentro del hospital para pedir ayuda. “Su actitud quedará siempre grabada en mi memoria”, dijo la joven madre y completó: “Le voy a estar agradecida toda la vida”.





Los coprotagonistas
Natalia Cena y César Castiglioni podrían ser considerados actores secundarios de la historia, pero la relevancia de su acción los transformó en coprotagonistas. Es que sin la ayuda de ambos el nacimiento de Thiago no hubiera sido igual; porque fue Nati la que asistió a la mamá en el parto y César el que decidió cambiar el recorrido del coche para llegar lo antes posible al hospital Iturraspe en busca de asistencia médica.




“Cuando la vi parada por largo rato en el coche noté que estaba haciendo trabajo de parto. Entonces decidí acercarme y tranquilizarla. Le pedí que respirara despacio y cuando la invité a acostarse para ayudarla con el parto ella me dijo que ya sentía la cabecita afuera”, relató la mujer, quien afirmó que se guió por lo que aprendió al ver el trabajo de la maternidad por tantos años.
Asimismo, la vecina de Alto Verde describió los pasos que siguió cuando tuvo el niño en brazos. “Lo envolví con la remera del abuelo y le di palmaditas para ver si lloraba. Cuando escuché el llanto me quedé tranquila”, dijo y siguió: “Luego –cuando el coche llegó a la intersección de bulevar Pellegrini y avenida Freyre– corrí con el nene hasta el Iturraspe para que lo asistan. Fue algo increíble que nunca creí que podía llegara a vivir”.




A su turno, César Chusa Castiglioni comentó que es la primera vez que palpita una experiencia semejante en sus veinte años como chofer de colectivos. “Cuando me anunciaron la proximidad del parto no lo podía creer y atiné a seguir por bulevar hasta la rotonda donde dejé a Natalia para que lleve rápido al bebé”, dijo el hombre y completó: “Después me acerqué más para alcanzar a la mamá”.





Emoción y reclamo
Cuando el lunes por la tarde Diario UNO se comunicó con la improvisada partera y el chofer del micro para invitarlos a visitar juntos a Gisel y Thiago al hospital, ambos se mostraron contentos con la idea. Al llegar encontraron a la dupla descansando, pero al despertarse las lágrimas y la emoción por el encuentro no se hicieron esperar.




“Ayer a la tarde (por el domingo) me encontré a la abuela del nene y enseguida me acerqué para preguntarle cómo estaban. Cuando me dijo que bien me quedé tranquila y contenta”, dijo Natalia Cena, al tiempo que aseguró que si bien lo que vivió es muy especial, nunca hubiera pasado si la ambulancia llegaba. En ese contexto, la mujer detalló que sería ideal considerar arreglar las calles o brindar seguridad para permitir el acceso de los taxis e incluso de los mismos colectivos en días de lluvia.




“Cuando hay un aguacero nos quedamos sin transporte. Generalmente tenemos que caminar hasta la entrada del barrio para tomar un coche”, dijo la vecina de Alto Verde y concluyó: “Esperemos que este caso sirva para hacer reflexionar a las autoridades sobre lo que vivimos continuamente”.





Para ayuda
Hace poco más de un año Gisel y su esposo decidieron cambiar su vida y se trasladaron desde Buenos Aires, donde estaban asentados, hasta Alto Verde, junto a su hija Milagros. Pero actualmente ninguno tiene un trabajo seguro; en tanto, quienes puedan brindarles ayuda pueden comunicarse al teléfono de Natalia: 0342- 155327470.

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